sábado, 3 de abril de 2010

Me excitan los travestis

Bueno, en realidad no, pero tenía ganas de escribirlo, qué pasa? Ahá, ya me estais mirando raro! Mira que tiene prejuicios, la gente! Dices en voz alta cosas como “me excitan los travestis”, “me gusta hacerme cortes en el pene con un folio” o “caramba, esa niña de seis años tiene su morbo”, y ya está, ya eres el bicho raro. Putos intransigentes.

Además, a quién en su sano juicio pueden excitarle esas cosas? Quiero decir, las niñas pequeñas no tienen tetas! Y los travestis… alguien se ha parado a mirar a los que están cerca de la biblioteca de geografia e historia? (me refiero a los que están cerca del Camp Nou, si. Se os ha de dar todo mascado!) No me refiero a mirarlos directamente a los ojos, porque eso seguramente te deje ciego, o algo peor (quizá te convierta en “cantante” de operación truño, o en presentador del club Disney); me refiero a mirarlo de cintura para abajo! Dios, cómo puede sobresalir ESO por debajo de la falda! Vale que las faldas no son muy largas, que digamos, pero… ¿Qué salga la chorra por ahí debajo? Qué són, monstruos? Quién puede querer que le metan todo eso? Mierda, me está entrando complejo de micropene…

"De  complejo nada, pichacorta!"
"Malditas voces en mi cabeza! Dejadme en paz!"
"Qué voces, hobbit seboso? Soy tu vecino!"
"Es sólo mi imaginación! Es sólo mi imaginación!"

Dios, qué complicado es convivir conmigo mismo. Y no te digo, convivir con varios como yo. Maldita personalidad múltiple. Sabía que no debía comprarla en aquel todo a cien. Los chinos son malévolos…
A otra cosa! Salí el lunes a correr, alrededor del parque de la Sagrada Familia (de noche, claro; de dia, únicamente puedes hacer “100m turistas”, o como se llame esa modalidad); lo cual vendría a ser el equivalente a correr al lado del Empire State, si fuera neoyorkino. O de cualquier puticlub con menores, si fuera tailandés. Al tema; yo iba haciendo mi circuito, cuando me di cuenta de que alguien estaba corriendo alrededor de la misma manzana, pero en sentido contrario. Y estaba corriendo con una camiseta amarillo pollo, ajustada, que marcaba el vaivén de sus enormes pechos. Los veía oscilando, ahora a la derecha, ahora a la izquierda. No pude fijarme en su cara hasta que me lo crucé tres veces! Y el tipo no pudo mirarme a los ojos, así que supuse que se dio cuenta de que le miraba los cocos. Sí, era un tio! Un tio con unas tetas enormes! Y peludas, I suppose! Dio ocho vueltas a la manzana, y se largó.

Tipo de las grandes tetas y la camiseta amarilla, si lees esto, llámame. O escríbeme. Ha sido un malentendido. No eran tus tetas, lo que miraba. Te miraba a los ojos, pero soy algo bizco.
Ale, a cascarla. Pero no pensando en el tipo de la camiseta. Es mío. Mi tessssoro… Gollum! Gollum!

-tx!.

PD: Uy, qué curioso, si la entrada de la semana pasada también llevaba la palabra "travestis". Y también en el título.Obsesión al canto.




No hay comentarios:

Publicar un comentario