viernes, 17 de septiembre de 2010

Un gran poder conlleva una gran responsabilidad

Hoy es uno de esos días en que debo reconocer que, aparte de para ver porno, internet sirve para cosas útiles...

Un sábado por la noche es un momento igual de bueno que cualquier otro para tener conversaciones ligeras. Como el pasado sábado, cuando unos amigos me preguntaron si sabía lo que era el efecto doppler (sí, a todo lo llaman "conversaciones ligeras".Cuánto daño ha hecho Big Bang Theory...); a lo que yo respondí que sí, que me sonaba de bachillerato, y que tenía que ver con el rebote de las ondas. Tócate las narices. O las pelotas, para los menos finos. Llevo años recordando ese nombre, y hasta el sábado no me enteré de que no me lo habían explicado bien. O eso, o que mi memoria falla. Pero eso es improbable (bueno, en realidad, es bastante probable, pero qué cojones, vamos a echarle la culpa a mi profesora de ciencias naturales). Mientras me acordaba de los muertos de mi profesora (soy muy rencoroso, qué le vamos a hacer), me comentaron que tenía que ver con el cambio de frecuencia de las ondas. A lo que yo respondí con un "ahá", a la espera de poder preguntarle al señor google qué cojones es exactamente. Bendito internete. Así que, si cuando Sheldon explicaba su extraño disfraz de efecto Doppler, no pillasteis más de cuatro palabras, lo visteis en V.O. para tener una excusa para no pillar estas cosas, o sencillamente estabais mirando alguna mierda de programa del corazón, hareis bien en leer el resto. Y si no, lo saltais, y vais directos a los dibujitos, que para eso venís.

En fin, que el efecto doppler de las narices lo que hace no es que te llegue el sonido amplificado al rebotar contra una pared (eso es el eco, subnormal), sino que percibas un sonido de un emisor en movimiento con una frecuencia de onda menor (más aguda) o mayor (más grave) según si estás a la derecha o a la izquierda del emisor. Vamos, que si se acerca una ambulancia, oirás un sonido más agudo, y cuando se aleje, lo oirás más grave. Google dixit.

Bueno, pues ahora ya puedo dormir tranquilo. De nada por la explicación, majetes. Yo también os odio. Pero no todo van a ser chistes de sexo, no?

Estoy hasta los cojones de datos científicos. Váyase usted a la mierda. A la mierda!

-tx!.

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