Bueno, antes de que me olvide, que tengo bastante tendencia a olvidarme de todo... euh... de qué hablaba? Ah, sí! Para los que todavía no hayan pasado a visitar el fanzine "El cuaderno del yeti", aquí está la colaboración que envié para el número cinco (bonita rima, cierto):
Sí, sí... no es una página nueva, sino una de las tiras modificada... qué quieren! Me lo pidieron para ya! Además, incluye una viñeta introductoria de Alan Moore, y eso siempre tiene interés...Dicho esto... holabuenas! Ya estoy de vuelta, de nuevo! Estos irlandeses son gente extraña, muy extraña... Conducen al revés! Bueno, en general, todo lo hacen al revés, lo cual es, cuanto menos, raro. Además, lo de que hablan gaélico es una leyenda... lo que hablan es élfico! Por Dios, los nombres parecian escritos aporreando un teclado! Ni siquiera era capaz de leer los carteles! "Killorglin"? "An Daingean"? Es élfico, estoy seguro!
Total, que hice lo que tenía que hacer: me cargué el retrovisor izquierdo. Con dos cojones. Bueno, con dos cojones, y un par de golpes a otro retrovisor. Pero, con la sana intención de solucionarlo, estuve preguntando en un par de tiendas de recambios, que acabaron dirigiéndome a... un tipo que cortaba cristales (no, no es un eufemismo para decir que era "camello"; que se les tiene que explicar todo...); total, que le pedí en un perfecto inglés de málaga que si podría cortarme un cacho de cristal y enganchármelo en el retrovisor... El abuelo dijo algo parecido a un "sí", con acento élfico; a los cinco minutos, salío con el retrovisor en la mano... con un cristal de más de un centímetro, enganchado! Su puta madre! Que recortó, el espejo del lavabo? Además, no había caído en que un retrovisor no es un espejo normal, con lo que se veía raro... Sí, lo se. No es mi culpa, no me dejaron robarle el retrovisor a otro yaris! (total, porque era de unas monjas, y porque las monjas estaban dentro del coche, en ese momento...)
Ale, me voy a hacer macramé.
-tx!.
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