viernes, 25 de junio de 2010

Tanto gilipollas, y tan pocas balas...

Son cerca de las cuatro de la tarde de un maldito viernes cualquiera. Eso quiere decir que estoy a punto de salir por patas de la oficina, si no lo he hecho ya, para irme a hacer el vago o el gamberro a algún otro lado. Recojo las cosas, y las voy tirand metiendo cuidadosamente en la mochila. Entonces, me doy cuenta de que he dejado la cartera dentro de la mochila, y sin la dichosa tarjetita, no podré salir del edificio. La saco con delicadeza (de un tirón, vamos), y cae al suelo el yogur de plátano que no me he comido.

Bien, esa es la explicación al porqué de la mancha blanquinosa y espesa que había al lado de mi mesa, el pasado viernes, en el que no había nadie más en la oficina. Quiero decir, es factible, cierto? Nadie se inventaría una chorrada tan rebuscada! Nadie se la pelaría en su propia oficina, o al menos, nadie lo haría sin tener un pañuelo de papel cerca! Ni siquiera yo, joer! Y sí, el yogur era de plátano, eso explica el color blanco amarillento de la mancha! Por Dios, no tengo tanta imaginación como para inventarme todo esto!

Pues eso, ese es el motivo de que haya quedado una mancha reseca parecida a lefa al lado de mi silla. Y eso que esa misma tarde iban a limpiar la moqueta. Porque, o bien limpió la moqueta un rinoceronte paralítico (lo cual explicaría el gran desorden que encontré el lunes, y el hecho de que la moqueta estuviese igual de guarra), o bien los que la limpiaron consideraron que las ovejas de polvo que hay debajo de mi mesa eran parte de la fauna autóctona de la zona franca, y no quisieron exterminarla. Todo puede ser.

Bueno, entre los muñequitos que tengo encima de la mesa, las ovejas de polvo que tengo debajo, y el manchurrón que hay al lado de mi silla (del que ya me he hecho amigo, y hasta le he puesto nombre: lefi), tengo una cantidad de fauna y flora importante. Es como estar en casa. Bueno, como estar en casa, pero sin los ornitorrincos comiendo pelusas de polvo debajo de mi cama.

Creo que ya he hablado suficiente por hoy!

 Booty time booty time
Across the USA
Booty time booty time
Hey hey hey!

-tx!.

viernes, 18 de junio de 2010

Patos, patos, patos...

Oh, bueno, digamos que no tengo demasiado tiempo para escribir esto, pero bueno, vamos a hacer un intento...

Cada día paso por delante de una de las oficinas de esos malditos chupasangres (no, no me refiero a hacienda, me refiero a los bancos), y me sorprende ver que, después de tres semanas, nadie se ha dado cuenta de que uno de los empleados, chico brillante donde los haya, enganchó una de esas enormes pegatinas de publicidad transparentes al revés. Es decir, boca abajo. A ver, chaval, vale que hayas salido de económicas, y que se te presuponga un cociente intelectual similar al de una piedra, pero de ahí a no darte cuenta de que las putas letras del cartel, cada una del tamaño de un mapache muerto, están todas boca abajo, y de que no puedes leer el cartel si no te pones a hacer el pino... banqueros, esos grandes tipos. Muy aptos, todos. ¿Porqué estoy pensando en armas?

Ah, y qué me dicen de que a la gente (bueno, a la gente femenina) le haya dado por ponerse zapatitos de esos con tacones enormes? A ver, si apenas sabes caminar con zapatillas! Para qué te subes en esos cacharros? Si desde ahí arriba, yo tendría vértigo!

Y nada, las ves bajando escaleras, que parece que tengan que abrirse la crisma de un momento a otro, pero nada, ninguna tropieza. O caminando por la acera, como si fueran patos, que se juntan tres o cuatro, y aquello parece una familia de patitos...

Dejando de lado a los patos, nada más me queda comentar que, si no me ven por aquí en un tiempo, que no ha pasado nada. Bueno, quizá, y solo quizá, el frik de la tira de hoy, que curiosamente es amigo mio, me mate un poquito, cuando la vea. Pero solo un poquito.

No se preocupen, son friks. Pero también son personas. No hacen daño, a no ser que les estropees el ordenador.

En fin, me voy a estrenar mi nueva mesa de dibujo. Ah, sí, tengo nueva mesa de dibujo! Que si eso me ayudará a dibujar mejor? No lo han hecho las clases de cómic, ni todo el material de dibujo... cómo lo va  a conseguir una mesa?

Un momento, quizá podría enseñar a mi mapache a dibujar...


-tx!.

viernes, 11 de junio de 2010

¿Alguien me explica qué carajo es un trikini?

Operación bikini. Bonito palabro, la verdad. Suena bien, no? Chicas en bikini, chicos en bikini, pingüinos travestis en bikini... La cosa comienza más o menos así: un dia de esos tontos, te miras al espejo, y dices "Dios, qué hace ese gordaco en el cuarto de baño?"; entonces, te giras para atizar al gordo en cuestión, y no hay nadie. Una alucinación? Quizá el pollo a la marihuana no era la mejor opción, para cenar. Pero al final caes en la cuenta de que el gordaco del espejo eres tu mismo. Y aquí es donde comienza, amigüitos, la operación bikini. Consistente, básicamente, en pasar hambre.

Pero, después de una árdua labor de investigación (preguntarle a google, vamos), mi operación bikini está siendo diferente a la habitual: consiste en comer carne. Como un cerdo. Para desayunar, carne. Para almorzar, carne. Para comer, carne. Para merendar, carne. Y para cenar, para todos aquellos que hayais hecho la ESO... efectivamente, carne otra vez.

Lo cual, de buenas a primeras, parece que sólo tiene ventajas. Desayunar beicon, huevos fritos, y hamburguesas? No es que puedas, es que debes! Almuerzo? Qué tal más beicon, y unos frankfurts? Vamos a comer, por ejemploooo... solomillo, y de postre, hamburguesas! Que no puedes comer la hamburguesa con pan y ketchup? No importa, lo compensas con... otra hamburguesa! Joder, esto es una dieta? Esto es la leche!

Pero claro, una vez te has puesto a ello, caes en la cuenta de que quizá, y sólo quizá, no es tan fantástica como creias... La primera putada: no puedes comer chocolate. Joder, soy un puto adicto a esa mierda! Qué drogas ni qué hostias! Dejar el chocolate, eso si es jodido, y no lo de la heroína! Si es que estos yonkis de hoy en dia son unas nenazas... Además, tal como dce la ley de Murphy, es inevitable que a los dos días de haber comenzado la dieta, algún cabrón decida celebrar su cumpleaños con exageradas cantidades de pastas de chocolate. Ahí es cuando dices: "mierda". Mierda, mierda, y más mierda, sí!

La otra cosa que descubres es que un poquitín de variedad no está mal del todo. Porque yo ya comienzo a ver beicon por todos lados. Por todas partes. Persiguiéndome, mirándome con sus ojitos fritos en aceite. Haciéndose un hueco en mi cama para perturbar mi tranquilidad... Beicon, yo te maldigoooooo!

Además, ni siquiera puedes empanarlo! Dios, pensadlo por un momento... beicon frito, rebozado... Mmmm... Mis arterias se están taponando, sólo con pensarlo!

Cómo puedo estar pensando siquiera en el beicon? Joder, si estoy hasta los huevecillos, de tanta carne!

Bueno, seguro que hay muchas más cosas malas, pero ya las iré descubriendo. Además, qué narices, tengo hambre.
Ale, os dejo con la tira de esta semana, que es una elaborada crítica de la sociedad (concretamente, de la parte femenina de la sociedad. La que tiene tetas, vamos). Bueno, vale, quizá no tan elaborada. Quizá ni tan siquiera "crítica". Pero a mi me ha hecho gracia el chiste.

Pasadlo chocapik!


-tx!.



viernes, 4 de junio de 2010

Trece centímetros es un tamaño normal para un pene, a pesar de lo que digan los patos

¡Caramba! ¡Comienzo a estar orgulloso de vosotros! ¡Basta con insultaros un poco, y os liais a escribir comentarios como posesos! (¡Tres comentarios en una entrada! ¡Para hartarme de leer, vamos!). Pues nada, seguiré animándoos a que me vuestras opiniones por escrito: ¡flagelaré a todo aquel que pase por aquí y no deje constancia! Es más, si al susodicho le gusta el dolor, pasaré a flagelarle con mi propio pene, que no resultará doloroso, pero sí bastante desagradable... Ninguno de nosotros queremos eso, ¿verdad? Verdad.

¡Y hablando de penes! Antes de que digais nada: Gómez la tiene pequeña. Sí, Gómez es el coprotagonista de las tiras. Junto con Urotsokidoji. Es el tipo con el cabello castaño. Si no os gusta el nombre, me da igual, a mi tampoco, pero no voy a ponerme tiquismiquis ahora...

Al caso, que sí, que le he dibujado la picha cortita. ¿Qué esperabais? ¿El monstruo del lago ness saliendo de los calzoncillos? ¿El brazo de Mazinger Z? ¿Una tercera pierna? ¿A Chuck Norris? Panda de degenerados... Si lo que quereis es saber más sobre colas, podeis documentaros aquí, o incluso aquí. Pero no en ErotismoEntreEspecies, que es un blog serio. O quizá sí, ya veremos...

Más cosas. Para los que se pregunten qué ven de extraño en la tira de hoy, no os devaneis los sesos: es a color. ¡Por finnnnn le sacaré algo de partido a la tableta digitalizadora! Total, hacer los grises me llevaba más o menos el mismo tiempo, y ni punto de comparación, oigan.

¡Y nada, ya estamos en pleno verano, o algo! Hay sol a punta pala, y calor, y sudor... ¡sudor a capazos! Pero la parte buena es que por las tardes estaré libre para dibujar a alan moore ciego de panteras rosas, o a urotsokidoji porculando a un ñu, o lo que me salga del hojaldre, ¡pero lo que seguro que no dibujaré será al maldito batman! ¡Y tampoco a los putos cinco hombres-gorila que me va a tocar dibujar la próxima semana, entre otras cosas! ¿Hombres-gorila? ¿Pero de qué mierdas estamos hablando? ¡A mi no me saqueis de los patoglobos, que me pierdo!

Y una última cosa... ¿Alguien sabía que los patos tienen pene? Pues sí, amigüitos, tienen un pene en forma de espiral, y tardan MEDIO SEGUNDO en copular. ¡Medio segundo! ¡Por Dios, ni siquiera superman es capaz de algo así! ¡Y ríase usted de los conejos, que al lado de los patos, parece que usen condones retardantes!

Además, el pene de los patos puede llegar a medir veinte centímetros. Sí sí, veinte. Repetid en voz alta aquella frase que leí una vez en el "para ti, que eres joven": trece centímetros es un tamaño normal para un pene. Trece centímetros es un tamaño normal para un pene.
Pese a que los patos la tengan más grande. He dicho.

Voy a mi cuarto, a llorar un rato. Entenderé que hagais lo mismo. No me llameis. Veinte centímetros... medio segundo... snif...



-tx!.